■ Como ya sabreis, el único punto del programa del partido político Escaños en Blanco es conseguir la reforma de la Ley Electoral para el voto en blanco sea computable. Es decir, que a los votos en blanco que se emitan se le asignen los escaños que correspondan, quedando estos vacíos. Como esto no es posible en la actualidad, se crea este partido para que los electores puedan votarlo, comprometiéndose sus candidatos a no tomar posesión del escaño que les pudiera corresponder, y a no cobrar, por tanto, ninguna contraprestación. El partido, como tal, tampoco cobrará ninguna de las subvenciones que pudieran corresponderle por los votos conseguidos. Conseguido el objetivo, la reforma de la ley a este respecto, el partido no tendrá razón de ser y se disolverá.
■ Hasta aquí, una descripción aséptica de la situación. Pero ¿qué razones pueden tener los ciudadanos para conseguir esta reforma?, ¿se trata de un capricho de un atajo de ácratas para fastidiar al sistema?, ¿por qué se tiene que votar a este partido, y no a otros, para conseguir esta reforma? y ¿es realmente necesararia la modificación de la ley electoral en estos términos? La reflexión sobre este tipo de cuestiones me ha ayudado a tomar mi decisión de voto el pasado 20-N, y por si a alguien le interesa, estas son las conclusiones a las que he llegado:
- Legalidad – La regulación del derecho al voto libre es un Derecho Fundamental, reconocido en el art. 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en el Tïtulo Primero, de los Derechos y Deberes fundamentales, artículo 23, de la Constitución Española de 1978. Es importante recalcar que estamos hablando de un Derecho Fundamental, a la altura del Derecho a la Vida, al de la Libre Expresión de la ideas, al de la Libre Asociación, etc. Lo que se reclama, por tanto, no responde a una opción política o ideológica en concreto, sino que afecta por igual a todos los ciudadanos sujetos de ese Derecho, voten a quien voten. Si la legislación actual impide el ejercicio de ese Derecho a un sólo ciudadano, su reforma no es un capricho, sino una necesidad Constitucional.
- Libertad – Si, porque la verdadera libertad consiste en la capacidad de un ciudadano para elegir entre distintas alternativas, !!! o no elegir ninguna!!!. Sin esta última posibilidad no somos realmente libres. Nadie tiene derecho a obligarnos a elegir entre distintas opciones con las que no estamos de acuerdo, sin darnos la posibilidad de no elegir a ninguna de ellas. La no elección tiene que ser una alternativa real más, con la misma capacidad representativa que el resto.
- Igualdad – De lo anterior se desprende que la norma que regule el Derecho de Voto, y sin entrar a discutir el distinto valor que pueden tener los sufragios en función de dónde se emitan, tiene que tratar de igual manera a todos los votantes. Pero con la actual ley, al ciudadano que decide votar en blanco se le excluye automáticamente del escrutinio. Su decisión no es tomada en cuenta de antemano, ni tiene la posibilidad que así sea aunque cumpla con todos los requisitos de número mínimo de votos que se exigen a los demás votantes. El votante del partido que obtenga el mínimo número de votos estará representado, mientras que el votante en blanco no lo estará nunca, aunque el número de votos en blanco supere a todas las demás opciones juntas.
- Justicia – Porque además de negar la representación al voto en blanco, el actual sistema electoral arrebata a estos votantes su voluntad soberana para distribuirla entre aquellos partidos a los que, precisamente, no quieren otorgar su representación. Se comete un flagrante delito de fraude cuando se utiliza la expresión democrática de los votantes en blanco en favor de aquellos a los que estos ciudadanos rechazan.
- Legitimidad – El resultado de un sistema con tales carencias, es que los procesos electorales dan lugar a Gobiernos con importantes carencias de legitimidad democrática. Así se desprende de la última consulta electoral, donde el partido más votado tendrá mayoría absoluta representando al 30% del censo. El resto de partidos con representación parlamentaria seran meros comparsas, aunque tienen el apoyo de un porcentaje mayor de ciudadanos. Y lo que es peor, otro 30% de los ciudadanos con derecho a voto ni siquiera existen, por no tener no tienen ni silencio, ni ausencia.
- Solidaridad – Conseguir una reforma de la actual ley electoral es un ejercicio de solidaridad ciudadana, ya que no se reclama un privilegio para un colectivo concreto, sino un derecho para todos. La posibilidad de sentirse defraudados por los representantes elegidos existe para todos los votantes, cualquiera que sea su inclinación política. Si esa eventualidad se llega a producir, cualquier ciudadano debería tener el derecho a no ser representado por nadie.
- Neutralidad – El voto en blanco no va en contra de nadie. Es inócuo, pacífico y no genera inestabilidad. A lo más, lo que obliga es un ejercicio de responsabilidad a los representantes electos. Estos son los que están obligados a dialogar, a buscar acuerdos y a mantener gobiernos estables. Es su trabajo, para ello se les vota y para ello se les paga.
- Higiene – El mero hecho de que exista la posibilidad de que un determinado número de escaños se quede vacío, en representación de los votantes en blanco, es un factor de higiene democrática. Al candidato electo ya no le vale con conseguir que su partido lo incluya en un buen puesto de una lista electoral dentro de cuatro años. Además de vencer en las elecciones, tendrá que convencer a sus electores durante toda la legislatura. Porque el mango de la sartén lo tendran los votantes, no los partidos. El voto en blanco computable puede acabar con la impunidad política de nuestros representantes, ya que pueden ser votados o botados.
- Economía – Cuestión esta más práctica, pero no menos importante. Los votos en blanco son gratis. Ningún partido recibe subvención por los votos emitidos en blanco, y en caso de obtener escaño, no hay que pagar sueldo ni dietas a nigún diputado. No es necesario recordar que todo ese dinero sale de nuestros impuestos, por lo que nos lo ahorramos todos, tanto los que votan en blanco como los que no.
- Responsabilidad – El ejercicio del derecho de voto es una responsabilidad democrática de todos los ciudadanos, también de los que votan en blanco. Promover este derecho supone profundizar en la democratización del conjunto de la sociedad. En cambio, con la actual ley electoral se promueve el desencanto, el hastío y la falta de participación de los ciudadanos que ven que el ejercicio de su responsabilidad democrática no sirve para nada. El resultado es un porcentaje de abstención incompatible con el buen funcionamiento de un sistema democrático. Los peligros de mantener esta situación en el tiempo para la convivencia pacífica y civilizada son evidentes. Y sin embargo, los partidos con representación parlamentaria no tienen intención de mover un dedo en esta dirección. Con su miopía democrática, son incapaces de ver más alla de sus propios intereses electorales a corto plazo, poniendo en peligro el funcionammiento futuro de un sistema que puede llegar a colapsarse, como ya ha ocurrido otras veces.
■ Todas estas razones son las que me llevaron a votar a Escaños en Blanco en las últimas elecciones. No se me ocurre ninguna otra manera responsable, pacífica y democrática de conseguir que el voto en blanco sea computable. Y por ello pido el voto para esta formación no sólo a los que votan en blanco, sino a los que votan nulo y a los que se abstienen de votar. También se lo pido a los votantes de las demás formaciones políticas, porque aunque hoy tengan claras sus preferencias, mañana se pueden sentir defraudados por sus representantes….. y cuatro años son nada.
Escrito por Jose Mª Rogriguez Herrero el 8 de Diciembre de 2011.