Escaños en Blanco Vs Ministerio del Interior.
En plena fase de restricciones debido a la pandemia, el Ministerio del Interior inicia procedimientos judiciales encaminados a la eliminación de partidos políticos.
Podría parecer que los órganos judiciales y sus correspondientes salas tienen tiempo y recursos libres, pero justo en la época en la que más saturación encontramos en los juzgados, se decide poner en marcha un programa de limpieza masiva de partidos.
Vamos a ponernos en contexto para entender lo que ha sucedido y cómo Escaños en Blanco ha logrado esquivar su desaparición, o más bien cómo ha conseguido parar su proceso de eliminación. Comenzamos …
Ministerio del Interior inicia los trámites
En 2015 el gobierno desarrolla una modificación de la ley, por el que los partidos políticos que no tengan actividad se deben eliminar del registro estatal.
La decisión tenía y sigue teniendo sentido, en aquella fecha el registro de partidos ascendía a unas 5400 inscripciones aproximadamente. La mayoría de los partidos inscritos no parecía tener actividad desde hacía algunos años.
Hasta ese momento se podía crear un partido, registrarlo y la única forma de darlo de baja era que los mismos creadores o responsables lo solicitasen al Ministerio del Interior.
¿Quién va a solicitar la eliminación de algo que de facto ya no existe?, es decir, cómo va a solicitar alguien que se borre de un registro una organización que ha dejado de existir en el plano real.
Esto provocó la masificación del registro y justificó poner en marcha un sistema de regularización. Visto así no parece mala idea, más bien lo contrario.
Es curioso que a fecha de hoy partidos declarados extintos y sin actividad ninguna, permanezcan registrados en el Ministerio del Interior.
El problema por lo tanto no surge realmente de la norma, no tiene sentido tener dados de alta miles de partidos que no existen. El problema como casi siempre está en la aplicación de la norma.
Los criterios que se marcan para iniciar un proceso de extinción de actividad son fundamentalmente tener registrados los estatutos acorde a las modificaciones de la ley, presentar las cuentas de la organización al Tribunal de Cuentas y poco más.
Volvamos al principio de nuestra historia. El 22 de enero de 2020 (un par de meses antes del inicio de la pandemia) se inicia una serie de requerimientos a Escaños en Blanco vía correo postal por parte del Ministerio del Interior, usando una dirección errónea.
Las comunicaciones al no llegar al destino correcto se devolvían, por lo que no se supo de esta situación hasta pasados seis meses, una vez que el estado de alarma está en marcha, en julio de 2020.
Todo esto, unido a que el Ministerio del Interior carece de un sistema de gestión electrónica funcional, desembocó en la finalización de los plazos establecidos para subsanar los “errores” detectados.
El problema como casi siempre está en la aplicación de la norma
La siguiente comunicación es la de una demanda por parte del Ministerio del Interior para iniciar el proceso de extinción de Escaños en Blanco en marzo de 2021. Demanda que se acepta y ratifica en el juzgado apenas una semana después.
Después de casi un año intentando contactar, liquidan el asunto en 10 días. Algo de prisa parece que había.
¿Cuál es entonces el espíritu de la norma?
Recordemos los argumentos por los que se decreta la extinción de Escaños en Blanco:
No haber presentado las cuentas (hasta entonces no era necesario si no recibías dinero público)
No haber registrado la celebración de una Asamblea que recojan los cambios requeridos (¿En plena pandemia y con las restricciones de movilidad?)
Faltan datos como la dirección web del partido o el nombre de la persona responsable de la protección de datos.
Todas éstas al parecer gravísimas faltas que obligan a solicitar la extinción de Escaños en Blanco.
De modo que mientras que Escaños en Blanco se presentaba a las elecciones autonómicas de Galicia y País Vasco en 2020, el Ministerio del Interior estaba procesando su extinción por falta de actividad.
Unos meses después Escaños en Blanco fue oficialmente un partido “inexistente” que se presentaba a elecciones como las autonómicas de Madrid en junio de 2021, Cataluña marzo de 2021 … todo muy coherente como se puede apreciar.
Unos meses más tarde en noviembre de 2021 se celebró un segundo juicio atendiendo al recurso impuesto ante la Audiencia Nacional, en la que se falla anulando la extinción decretada en primera instancia. Escaños en Blanco volvía así a la normalidad legal que nunca debió abandonar por el criterio infundado de inactividad.
Es curioso que a fecha de hoy partidos declarados extintos y sin actividad ninguna permanezcan registrados. Partidos que no han sufrido una eliminación exprés como la que se ha intentado con Escaños en Blanco y otras muchas organizaciones similares.
Parece que pesasen más las siglas de los “elegidos” que el espíritu de la norma. Siglas de organizaciones con serios problemas de recursos para afrontar un proceso judicial como éste.
Una muestra más de la afinidad entre los distintos poderes del Estado. Van a necesitar algo más que esto para parar a quién ya no tiene nada que perder.
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