La exigencia de firmas va contra la democracia
Escaños en Blanco denuncia la evidencia en estas elecciones de lo lesivo que resulta la exigencia de avales para la democracia, tan solo 6 meses después de la convocatoria de elecciones anterior.
Como viene denunciando Escaños en Blanco, y como denunció en diciembre ante el Tribunal Constitucional, la ley electoral está vulnerando el artículo 6 de la Constitución que define a los partidos políticos como manifestación de la voluntad popular e instrumento fundamental para la participación política.
Desde 2011 se ha exigido recogida de firmas 4 veces a nivel nacional (incluyendo las elecciones Europeas), y 6 veces en Cataluña, lo cual produce un evidente desgaste en los partidos extraparlamentarios, que están fuera de la financiación de partidos.
Ese desgaste se ha hecho evidente en esta nueva convocatoria de elecciones, en la que se ha registrado la cifra más baja de número de candidaturas desde el comienzo de la democracia. En esta convocatoria se han registrado 127 menos que hace cinco meses y las juntas electorales han anulado por las firmas 44 candidaturas presentadas al Congreso y del Senado.
En 2008, se registraron 1.111 candidaturas al Congreso y 1.220 al Senado. En las elecciones del 20 de noviembre de 2011, que fue cuando se aplicó por primera vez la exigencia de presentar firmas a los partidos extraparlamentarios se proclamaron 593 para el Congreso y 597 para el Senado (una criba que redujo a la mitad las listas aprobadas). En los comicios del 20 de diciembre de 2015 se proclamaron 1.262 candidaturas (605 para el Congreso y 657 para el Senado) y ahora, tan solo 5 meses después, se han proclamado tan solo 548 candidaturas al Congreso y 588 al Senado.
PACMA que consiguió más de 219.000 votos en las pasadas elecciones ha tenido que recoger de nuevo las firmas, cuando Coalición Canaria con 81.750 votos, no las ha necesitado y partidos con reconocida implantación social como VOX o UPyD han quedado excluidas en algunas de sus candidaturas (Barcelona y Cáceres respectivamente). De ambos hechos se puede deducir que el proceso arbitrario impuesto para presentarse a las elecciones está muy lejos de cumplir el supuesto fin de la medida (demostrar un arraigo social) y parece más bien concebido para evitar la posible competencia hacia los partidos que aprobaron dicha ley y que por ello les beneficia.
Escaños en Blanco, un equipo formado 100% por voluntarios y que renuncia a subvenciones y cualquier otro tipo de beneficio del Estado, se ha visto sometido de nuevo a un desgaste personal extremo justo antes de una campaña electoral que ya requiere un esfuerzo importante.
Por eso, una vez más, Escaños en Blanco exige la eliminación de la exigencia reiterada de firmas y una ley electoral más igual y más justa para todos los partidos, herramientas necesarias para representar la voluntad popular e instrumento fundamental para la participación política en nuestra democracia.
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